Saludos desde el municipio Ezequiel Montes, Querétaro. Más específicamente desde Bernal, famoso pueblo que está a las faldas de la Peña de Bernal, tercer monolito más grande del mundo.
Ando en la Convención Estudiantil Mexicana (CEM) 2024, organizada por ACE -Educación Cristiana Acelerada- por sus siglas en inglés. Es un evento en el que escuelas de todo el país convergen en una convención en la que su propósito principal es motivar y desarrollar el carácter de los estudiantes por medio de competencias; las hay prácticamente de todo tipo: Deportivas, Científicas, Sociales, Artísticas, Teológicas, etc., lo que se les ocurra, lo más seguro es que haya. Una de las categorías más competidas es la musical. Obviamente a eso voy yo. No compito, sino que voy como “sponsor” de varios chicos (sponsor es, básicamente, el adulto responsable de los alumnos durante la semana de convención). Además de sponsor, soy jurado en unos eventos, y también dirijo el Vocal Large Ensemble y el Vocal Small Ensemble de mi escuela; también toca echar porras a los chicos que participan en música, porque yo les estuve ayudando en los meses previos a prepararse; a los que participan en eventos deportivos también toca echar porras, ni modo.
Hasta aquí quizá todo suena muy atractivo y divertido, y lo es, pero en lo que quiero ahondar es en la frase: “Para la honra y gloria de Dios”.
Todos los participantes de música, al presentarse ante el jurado, dicen su nombre, de qué escuela vienen, la subcategoría en la que están participando y el 99% de ellos termina diciendo “Para la honra y gloria de Dios”, o los más malinchistas lo dicen en inglés “For God’s honor and glory”, o algo así.
Desde hace años me pregunto: ¿Cómo se puede dar honra y gloria a Dios en una competencia en la que el premiado delante de todos (claro, si gano) soy yo? ¿Eso en qué glorifica a Dios?
Voy a hablar por lo que he visto en mi escuela e iglesia. Cuando se preparan para la CEM los chicos buscan qué cantar y/o tocar, a veces pagan por su partitura, estudian, se lo memorizan, en fin, se esfuerzan mucho para ganar una presea de plástico con una estampa que dice “CEM” pegada a algún listón para que se la puedan colgar en el cuello. Se esfuerzan de verdad. Padrísimo, pero, ¿Eso en qué glorifica a Dios? Son los mismos chicos que en la iglesia no participan, y si lo hacen, es mediocremente, se les pide que canten o toquen en algún servicio y no quieren, para los ensayos de orquesta y/o coro hay que estarlos persiguiendo… ¿Entienden a lo que voy? Si de verdad quisieran dar honra y gloria a Dios debería ser todo el tiempo ¿No? No solo cuando hay una medalla de plástico de por medio, ahí lo que veo es honra y gloria para los premiados.
Otra cosa que me molesta es que promueven algo que ya mencioné antes: El malinchismo.
ACE es una organización de EU. Entiendo que su idioma original sea el inglés, pero por alguna razón parece que le dan preferencia a todo lo que sea extranjero: para empezar siempre el predicador invitado es de otro país, casi siempre predicando en inglés. En los eventos que implican palabras (cantadas, escritas o habladas) pareciera que le dan preferencia a lo que se hace en inglés. Incluso ronda entre alumnos la falsa creencia que si presentan algo en inglés les suben puntos, hasta algunos miembros de los diversos jurados creen eso, pero, en el reglamento está claro que eso no es cierto. En fin, quizá solo sea mi percepción y en verdad no haya malinchismo.
Disculpen por sacar mi veneno, creo que solo quería desahogarme y plasmar mis pensamientos en algún lugar que quede para la posteridad (mínimo la posteridad hasta que dejen de existir los medios digitales), gracias por llegar hasta aquí.
¡Nos leemos hasta la próxima!
(Foto: el Pueblo de Bernal visto desde la cima de la Peña, capturada por mí. Si quieren ver una foto de la peña solo vayan a Google y escriban “Peña de Bernal”)
P.D. Chequen este arreglo Maravillosa gracia para violín y guitarra. Lo hice para unos chicos que participaron en la CEM del año pasado, si no mal recuerdo quedaron en primer lugar.